Aquel que conozca mis gustos musicales, sabrá que respeto cada una de las manifestaciones culturales que a lo largo del tiempo van apareciendo. Disfruto tanto de Beethoven dirigido por von Karajan, como Callejón de un solo caño por Fiesta Criolla e incluso Las seis, una techno-cumbia de Joe Vasconcelos.
En buen cristiano, me gusta la música bien hecha, y mejor si es en su estilo original.
Hay experimentos que no tienen derecho de existir, y sin embargo salen a la venta. Un ejemplo opuesto a ello son las versiones de Un vestido y un amor de Fito Páez; conozco tres de la misma: la original –de Fito-, una por Mercedes Sosa y la última por Caetano Veloso. Ahora bien, digamos que a Fito no se le conoce precisamente por esta hermosa canción, sino por la malhadada El amor después del amor, no por su belleza, sino porque sirvió de soundtrack para la película No se lo digas a nadie, del inefable Jaime Bayly.
Dicho sea de paso, nunca vi la película porque se puso de moda ir a verla, y como no hay cosa que más me reviente que hacer las cosas por moda, pues simplemente opté por no verla.
Continuando con el tema musical, quiero que quede claro entonces que disfruto de la buena música.
Tuve oportunidad de sintonizar un programa de señal abierta en el que presentaban el especial de un…podría decirse cantero, o auto cantor, o cualquier cosa menos músico, compositor o cantante.
Me refiero al bodrio de Ricardo Arjona. Cualquiera que sepa de mí un poquito, sabrá que no hay cosa que más me irrite que una de sus canciones, mejor dicho, composiciones, o mejor aún desvariaciones. Los muchachos de la confirmación saben que pueden pedir que cante cualquier cosa, menos… Arjona. Y me embroman entonando ellos alguno de sus disparates.
En fin, retornando al programa de televisión, en medio de una introducción, magníficamente ejecutada, obviamente por músicos contratados para su recital -y recalco, músicos- en la pantalla salía con orgullo “el cantautor que más discos ha vendido”, y luego algo que me espantó “en el año 1976 reprobó lengua”.
¡Un momento! ¿Se han dado cuenta de lo que ello significa?
Por un lado, me reafirmo en eso de que “best seller” no significa buen trabajo, sino, mejor vendido (aunque algunos dicen betseler), esto es, así como una vez escuché una frase sarcástica que reza: “coma mierda, millones de moscas no pueden equivocarse”, no quiere decir que como muchas moscas la comen, es un buen alimento. Un poco extremo el ejemplo, pero podríamos decir -haciendo un símil directo-: “escuche a Arjona, miles de imbéciles no pueden equivocarse”.
Por otro, si alguien reprobó una materia taaaaan básica como lengua, ¿cómo es posible que se ponga a componer? ¿Se imaginan operarse de la tiroides con un doctor que reprobó sistema endocrino? Pero eso no es lo peor, ¿se imaginan que en el consultorio del mismo doctor haya un cartel que diga: “el doctor Fulano reprobó sistema endocrino, pero muchas personas se han operado de la tiroides con él”?
Desgraciadamente, la idiosincrasia Ferrando está siempre a la vanguardia: “hay que darle lo que le gusta a la gente”
Esta vez no haré un análisis literario de las letras de Arjona, cosa que he hecho muchas veces en clase, cuando alguien osa decir ¿quién es Serrat? Cuando presento alguna de sus creaciones para una motivación, o cuando alguien se atreve a decir que Arjona es un poeta. Solo dejaré sentado que este sujeto indeseable es uno de los más reconocidos “cantautores”, lo cual quiere decir que de música y letra la gente está en la calle.
A escuchar a Susy Díaz, se ha dicho, ya que gracias a que seremos muchos quienes lo haremos, que puede llegar a ser la más importante cantautora peruana.
Dejo a continuación una de sus más recordadas interpretaciones: La arrechazada…
Ese chico de allí, me ha recha, me ha recha, me ha rechazado mi corazoooooon.
Tiene su pin, tiene su pin, pinta de seductor, para mi cu, para mi cu, cuerpo bien hermoso.
Toma mi ra, toma mi ra, ramo de flores, para tu cu, para tu cumpleaaaaaaños.
CARLOS MONTALVÁN