viernes, octubre 20, 2006

El músico, poeta y loco

Si hay un músico en Latinoamérica que tuvo la capacidad de plasmar la belleza de lo cotidiano, ese ha sido Charly García.

Con o sin Nito, tuvo una etapa de real armonía literaria, sin dejar de lado la musical.

La belleza trasciende, pues lo que para mí era un descubrimiento -hace más de una década- de lo que significan los dos eternos médanos en ese blondo verano o no saber si reír o llorar de la normalidad de la familia Jones, es menester hoy de muchos de mis alumnos, casi dos generaciones de por medio.

Charly es un loco al cual, a estas alturas del partido, se le puede aguantar el que rompa amplificadores, salte interrumpiendo a sus músicos o se mande mudar en medio de una presentación. Pues el respeto por el público, en su caso, va más allá de verlo sobre el escenario.

Hoy, no es el mismo joven irreverente, es un anciano en decadencia. Hoy no tiene más letras eternas, dice say no more. Hoy su capacidad interpretativa y su agudísima voz están laceradas por los excesos de alcohol, tabaco y todo tipo de psicoactivos que pueda haberse introducido por todos los conductos conocidos en el cuerpo humano.

Hoy, después de haberlo oído hace poco, es más dios que nunca.

Hoy, al aguantar su raspada voz y sus involuntarias inflexiones sonoras, me he dado cuenta que Charly sigue siendo un genio.

Que de ese muchachito que a los 4 debutó y dictaba a los 16, que de ese poeta y músico, y de ese loco, que en él se pondera más que un poco, siguen saliendo las más cuerdas reflexiones, las más acertadas aseveraciones cual guadaña en campo cerrado.

A la pregunta necia de: ¿qué opinión tenés sobre las presentaciones en el Luna Park de Ricardo Arjona? El desquiciado y realista de Charly respondió: ¿y quién carajo es Ricardo Arjona?

Albricias, albricias. Loas sean dadas, cánticos de fervor y henchidos pechos de emoción ante la realidad más real de todas las realidades.

Entre vates y cantores Charly es voz autorizada.

Sigan escuchando a ese tal Arjona, sigan comprando sus discos, sigan aprendiendo sus canciones. Gracias a la ignorancia existe la erudición. Gracias a la huachafería se realza la estética.

Sigan pues consumiendo -como dije hace unos blogs- lo que millones de moscas no pueden estar equivocadamente comiendo.

CARLOS E. MONTALVÁN

jueves, octubre 05, 2006

A favor de las conciencias de San Isidro

Siempre me han causado gracia las páginas sociales del diario decano del Perú. Tenemos desde la ventana de la amiga Peschiera, hasta el Circo Beat, antes de Baldomero y hoy de la Huehara.

Es una suerte de caché encontrarse retratado en ellas. Estar levantando la copa en una última cata, en la presentación de “lencería fina” -o sea venta de calzones-, con sobrios encamisados tomando de la cintura a la modelo que seguro más tarde iría a pagar pato, previo desembolso, el almuerzo de ex alumnas de un colegio conocido o las huachafas reuniones de reencuentro de toda la familia such o which (para darle altura al “tal o cual”).

Qué cuernos puede significar para la realidad del país, para las reflexiones del Papa, o para las amenazas de bomba en el Asia, las diversas actividades que un grupo reducido realiza.

¿El almuerzo de camaradería tuvo como objetivo ayudar a los niños pobres? ¿Y por qué mejor no donaron la plata del vestido, los zapatos, la peluquería, los sacos, los cubiertos y los platillos incluidos, en lugar de restregar por la cara que otros no tienen qué comer, pero soy bueno porque como para ayudar?

Antes que mi bilis se siga esparciendo por entre los dientes, hago la explicación de mi introducción.

El día de hoy, en el decano de los diarios, ha aparecido una carta de apoyo al actual alcalde y a su postulación nuevamente a la gobernación del distrito de San Isidro.

Lo tristemente gracioso es que quienes apoyan la candidatura, no son las asociaciones de chocolateros, de limpia carros o de trabajadoras del hogar. Ellos y ellas deberían abogar por el alcalde que les brindó mayores oportunidades, de trabajo, seguridad laboral, apoyo incondicional, etcétera, etcétera.

Y es que no creo que juntando sus sueldos pudieran pagar tamaño “avisaje”.

Las firmas estaban encabezadas -pues “seguían firmas”- por apellidos de lo más circobiteros.

Nuestro país sigue siendo el de los desmesurados contrastes.

CARLOS E. MONTALVÁN

miércoles, octubre 04, 2006

Entre Pisco y Nazca

Ante tanta preocupación por las sucesivas menciones al aguardiente chileno como pisco y las conocidas intenciones de chilenizar la papa, el suspiro limeño y hasta el origen de la “chilemoya” propongo una cruzada peruana de contra propuesta.

Aquí algunas ideotas:

Curanto: a partir de la fecha, todo Huancayo y cualquier establecimiento alimenticio, debe ofrecer en su carta la “pachamanca de mar” como curanto. Propongo, además, añadir el curanto en olla. A través de un decreto de urgencia rebautizar Jauja como Curanto para que históricamente tengamos una explicación años más tarde.

Tormento: a partir de la fecha introducir en la música criolla el instrumento hecho para seguir el ritmo de la cueca. Asimismo, hacer un añadido a la cajumba de Cavagnaro del mismo aparato, para que, estando ya en la otra vida nuestro gran Mario, no se pueda aducir copia, sino que es parte de la imaginería del osito de felpa.

Empanadas calduas: todas las panaderías deben expender empanadas con relleno de sopas y caldos. Asimismo, se añadirá a los anales de historia de caldos Knorr y Maggi la tradición de estas empanadas y en la parte posterior de los empaques se incluirá recetas de las tradicionales empanadas calduas peruanas.

Pan amasado: continuando con el rubro panadería, se solicitará a los maestros panaderos comiencen a producir el tradicional pan amasado en casa, como antaño en la Lima invadida por las tropas chilenas…

La Isla San Lorenzo debe ser cambiada por Isla de Pascua, so pretexto que por allí han pasado los más grandes cara duras y caras de piedra de la política y el hampa.

Si alguno de los lectores tiene alguna otra idea, pues avise para seguir con esta cruzada pro peruana.

JJJJJJUIIIIIRAAAA.

El Perú es más que el pisco. A mí me encanta esta bebida, pero no me hace más peruano tomarla o no, lo mismo que se reconozca si es de aquí.

Vamos a empalar gustos, eso sí, con calidad y no con cantidad.

CARLOS E. MONTALVÁN

lunes, octubre 02, 2006

That’s the way, say it in quechua…

El quechua es el idioma nativo más hablado fuera del español en América Latina, al que le siguen el guaraní y el aymará.

Junto con nuestro país, es idioma oficial en Bolivia, Colombia y Ecuador, siendo específicamente hablado en Santiago del Estero, Argentina y San Pedro de Atacama en Chile.

Es pues, una lengua que gracias al Tahuantinsuyo, supo expandirse a lo largo de toda la extensión del Imperio Inca.

Sin embargo, el país de Arguedas (de todas las sangres) cuenta con un sinnúmero de lenguas nativas. Eso sí, de uso exclusivo en el territorio nacional. Algunos estudiosos han realizado una definición de 14 familias lingüísticas entre las que se encuentran el jíbaro, el bora-witoto o el pano. Esto es, el quechua no es precisamente la lengua exclusiva del Perú, sino que aparecen en la historia y en el uso diversas expresiones culturales por medio de otros idiomas.

Hago este proemio pues existe un cliché en muchos lugares de nuestra Lima al nombrar diversas empresas, grupos humanos o instituciones con una voz quechua.

Esta situación no tendría nada de extraño, si es que no fuera una justificación o una explicación –si se quiere- de la peruanidad, de la identificación con algo relacionado al Perú o simplemente para dejar entrever una identidad nacional nominal.

Si hay algo que siempre me ha llamado la atención en la Comunidad Héctor de Cárdenas, de la que pertenezco a 197, es esa fijación -de unos años atrás- por poner nombres en quechua a la gran mayoría de grupos que van surgiendo.

Y es que si en la “comuna”, como se le suele llamar, se utilizara el quechua como segunda lengua, o en las misas se hiciera la homilía en ésta, sería lógico su uso. Es más, si sólo uno de los participantes de los grupos que se bautizan con nombres quechuas, fuera de lengua materna quechua, sería preciso su uso.

Puedo entender que una empresa como wayra busque un impacto en lo publicitario con este nombre, pero jamás, como reflejo de la identidad nacional y preocupación por la realidad del país.

A mi modesto entender, la preocupación e identidad no pasan por el nombrar, sino más bien por el actuar. Y si mis acciones no traslucen ese peruano interés, pues la pose se vislumbra.

La condena es uno de mis más fáciles recursos. Esta vez no condeno, condono, pues no tenemos por qué saber que el quechua no es más exclusivo del Perú. Si queremos, a través de un nombre, reflejar nuestra identidad nacional, es mejor hacerlo en asháninka, porque son ellos los que más sufrieron, como comunidad, el embate de la ola terrorista de las dos décadas del terror en el Perú.

CARLOS E. MONTALVÁN