lunes, mayo 01, 2006

¿Y por qué no elegí la unidad de mi nación?

Ante la pregunta ¿por qué no votaste por Lourdes? Las palabras me han quedado cortas.

Aquí van algunas de las razones por las cuales negué mi derecho ciudadano a tan mentada candidata.

No cree en la CVR: y yo he trabajado mucho para dar a conocer el Informe Final y sobre todo las recomendaciones que se desprenden del mismo. No es subjetividad y mucho menos apasionamiento, pues ella misma en un mitin aseveró “las familias de los veintidós mil muertos de la subversión”. Es casi como el pedido de Rafael Rey -parte de la coalición- de “¿en dónde están los DNI’s de toda esa gente?”, desconociendo la realidad de injusticia que miles de peruanos sufren al ser considerados ciudadanos de segunda clase y los que ni siquiera tienen derecho a inscribirse en la ONPE, y por lo tanto es una realidad virtual la de pretender que tengan documento de identificación alguno.

Regaló Tiwinza: junto con un grupo de tránsfugas y avisados por beeper el día en el que se decidía la solución luego del innecesario Pacto de Caballeros firmado por el finado Torres Lara (que dicho sea de paso se añadió el “y Torres”). Y digo innecesario pues se debía hacer cumplir el Tratado de Río de Janeiro. Pero votó a favor de la cesión de la tierra de mis ancestros, tierra que vio el inicio de mi sangre, sangre que luchó por recuperar Leticia y que sufrió cómo el gobierno regalaba también un pedazo de su historia, un trozo de su patria. Ah, Pacarmon hubiera hervido en furia de haberlo visto.

Su entorno: desde pecadores o hermanos de pecadores (a decir del no menos impío tucán) hasta consabidos sátrapas como Luna.

Es mujer: me parece bastante infantil el que ser mujer sea considerada una cualidad política. No podemos calificar a una persona por una característica intrínseca o esperar un cierto patrón de comportamiento por ello. Recordemos sino el sambenito de “es japonesito y trabajador”. Nunca me han dado buena espina los clichés.

Es soltera: creo firmemente que el no haber formado una familia le resta en una sociedad como la nuestra. Lo sé, puede ser absolutamente subjetivo y machista, pero no puedo engañarlos mis queridos lectores y lectoras. Además, siendo ferviente católica, no le conocemos filiación a obras o prelaturas en las que se haya entregado al celibato.

No se representa a ella misma: un grupo de electores que han votado por ella -o dicen haberlo hecho- y que sustentan que es la candidata de la “derecha” no tienen la misma forma de vida que su candidata, o siquiera el estilo. No sé si su papá sea accionista de treinta mil dólares de un cerro que ahora es playa, o si su familia es dueña de tres empresas, o si cambia de carro cada año. Subjetivo también, ¿no?, pero en definitiva no es una mujer que realmente refleje a su electorado, como es el caso de otros candidatos.

Algunos se han colgado de a quienes representa. Como ya antes he expresado en este blog, existen muchos sujetos y “sujetas” que desean aparentar lo que no son y esconder lo que son. Por este motivo me parece deplorable una candidatura a la que cierta clase de gente se ha sumado sólo por lo que les podría significar ser de “derecha”, cuando no lo hacen por la ideología, sino por el prototipo de un seguidor o simpatizante de la derecha. La transparencia ante todo.

Saludos a todos y recuerden que el voto es secreto, compañeros.

CARLOS E. MONTALVÁN

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, sólo con una cosa no estoy de acuerdo. Descalificarla por ser una solterona... no es por nada, pero no todas tienen la opción de casarse... para mí que simlemente se le pasó el tren. Igual no voté ni votaré por ella...
Saludos,