Durante muchos años el Perú ha tenido los medios de comunicación manejados por personas o instancias que han buscado esconder la verdad, o al menos disfrazarla.
El ejemplo más cercano el del Fuji-montesinismo, quienes, comprando a unos a través de condonaciones de deudas financieras y a otros subvencionando publicaciones o pagando publicidad, hicieron de la política romana panem et circens el espectáculo de cada día.
Sin ir muy lejos, durante la dictadura de Velasco -el otro “chino”-, se tomaron los medios asumiendo que la revolución popular debía informar directamente al pueblo revolucionario. Nada menos revolucionario que esconder la verdad, pues al conocerla las bases se conmocionan y a partir de este tifón se revuelve la vida, para construir y comenzar de nuevo.
Ni qué decir de tantos diarios y revistas que vieron la luz un día y fenecieron al siguiente. No voy a citar nombres pues creo suficiente con hacerles recordar los árboles caídos, y a pesar de estar en otoño no necesitamos leña aún.
Es pues un acontecimiento gigante un número como el 800 de la edición de El Amigo. Gigante como la historia que lleva en ese bulky con tinta negra, gigante como la oportunidad que se nos dio de conocer temas que tal vez en casa eran tratados someramente pues “no lo íbamos a entender”, gigante como la posibilidad de escribir nuestras primeras redacciones, gigante como descubrir que era esa nuestra vocación, gigante como la emoción de revisar tu colección y encontrar que fuiste tú parte de la historia de tu colegio.
Ah sí, mi colección. Al principio odiaba tener que hacerle huecos al papel y semana a semana recopilar las hojas en un fólder de manila con fastener Wingo. ¡Cómo no dejara de salir una semana esta vaina! Y a Dios gracias no dejó de salir un solo lunes, bueno, a veces martes, pero ininterrumpidamente.
Eso es loable, pues recuerdo que si Juanito no iba a estar el fin de semana, lo dejaba terminado el viernes y, claro, nos hacía correr a redactores y directores. Pero eso es disciplina.
Hoy, casado, con un hijo, con una carrera de Comunicaciones hecha y una de Educación por terminar, con los 799 pedazos de la historia del Héctor puedo entender una vez más por qué elegí ser comunicador, pues el ser maestro es parte fundamental de la comunicación, y me doy cuenta que es porque siempre tuve la verdad en mis manos, porque cuando nadie se atrevía a hablar del narco-gobierno, allí estaba la editorial de El Amigo, porque cuando unos fideos pretendieron matar al pantano, allí estaba el testimonio de los alumnos en un artículo contando del plantón frente a la fábrica, porque cuando todos tenían miedo de salir a las calles, allí estuvo la convocatoria a la Marcha de los Cuatro Suyos.
Y hoy, con El Amigo del Ex-Alumno puedo conocer a través de la Web en qué andan esos muchachos con los que crecí, ese que me caía mal, esa por la que me moría, o simplemente del que nunca tuve noticias en el recreo, pero al que veía todos los días de mi vida.
Es fundamental para mi vida profesional y personal esto que están hoy día leyendo –si me publicaron-, puesto que dio a luz a mis ideas, alimentó mi interés por la noticia y la necesidad de estar informado y sobre todo de informar.
Gracias Amigo, por este gigante número, El Amigo 800.
Carlos Enrique Montalván (Prom 96)
*El Amigo, publicación semanal del Colegio Héctor de Cárdenas, ha celebrado sus 800 ediciones. Yo, como parte del equipo editor (sub-director) durante mi época escolar fui invitado a escribir con motivo de este suceso.
CARLOS E. MONTALVÁN
lunes, mayo 22, 2006
viernes, mayo 19, 2006
¡Guau! Sí, guau los niños
Cuando era niño e íbamos a hacer las compras en Monterrey de la Av. Pezet –hoy Vivanda- estábamos siempre los cuatro: Fernando, Pilar, Carlos Enrique y Pablo. Recuerdo el “cruza de la mano”, o “no te adelantes tanto que puede venir un carro”, mis papás siempre tuvieron mucho cuidado en que no nos sucediera percance alguno.
Eso sí, siempre nos mantuvieron en libertad y hoy me siento respetado en mi humanidad viendo la situación en retrospectiva. Y es que viene a mi memoria la imagen extraña de un niño llevado por sus padres, o creo que ni siquiera por sus padres, sino por la “nana” -porque qué de poca clase decir que es la empleada- con una especie de cordón telefónico de la época (ese que se enrulaba) sujetando la muñeca del niño y con un aditamento igual para quien lo llevaba.
Tengo en mente la cara de mi papá no sabiendo qué decir ante mi pregunta y respondiendo “es que creen que es un perrito”.
Pues creo que el tiempo le dio la razón a “donan”, mi padre, ya que hace unos días en el Jockey Plaza, esta vez con mi familia: Carlos Enrique, Vanessa y Carlos Emilio, saliendo de Niño & Ideas, en donde el bebe hizo desmadre y medio, vimos a un niño perrito…
O algo parecido, porque ya no era el aparato de antaño, sino un verdadero correaje canino.
Mi cara de estupor debe haber asustado a muchos, pues me pareció el colmo de los colmos. ¡Cómo es posible que tengan a un niño amarrado!
Era realmente un correaje de paseo para animales, con cinturón en el torso, enganche en la espalda y correa que se alarga para dar mayor espectro de movimiento.
No es necesario abundar en reflexiones, pues ustedes queridos lectores guardan casi el mismo respeto por el ser humano que yo.
Así que si encuentran en su camino un niño hijo de perra, recuerden que de él no depende, sino de los perros de sus padres.
Ah, y me olvidaba, lo paseaba su nana.
CARLOS E. MONTALVÁN
Eso sí, siempre nos mantuvieron en libertad y hoy me siento respetado en mi humanidad viendo la situación en retrospectiva. Y es que viene a mi memoria la imagen extraña de un niño llevado por sus padres, o creo que ni siquiera por sus padres, sino por la “nana” -porque qué de poca clase decir que es la empleada- con una especie de cordón telefónico de la época (ese que se enrulaba) sujetando la muñeca del niño y con un aditamento igual para quien lo llevaba.
Tengo en mente la cara de mi papá no sabiendo qué decir ante mi pregunta y respondiendo “es que creen que es un perrito”.
Pues creo que el tiempo le dio la razón a “donan”, mi padre, ya que hace unos días en el Jockey Plaza, esta vez con mi familia: Carlos Enrique, Vanessa y Carlos Emilio, saliendo de Niño & Ideas, en donde el bebe hizo desmadre y medio, vimos a un niño perrito…
O algo parecido, porque ya no era el aparato de antaño, sino un verdadero correaje canino.
Mi cara de estupor debe haber asustado a muchos, pues me pareció el colmo de los colmos. ¡Cómo es posible que tengan a un niño amarrado!
Era realmente un correaje de paseo para animales, con cinturón en el torso, enganche en la espalda y correa que se alarga para dar mayor espectro de movimiento.
No es necesario abundar en reflexiones, pues ustedes queridos lectores guardan casi el mismo respeto por el ser humano que yo.
Así que si encuentran en su camino un niño hijo de perra, recuerden que de él no depende, sino de los perros de sus padres.
Ah, y me olvidaba, lo paseaba su nana.
CARLOS E. MONTALVÁN
lunes, mayo 01, 2006
¿Y por qué no elegí la unidad de mi nación?
Ante la pregunta ¿por qué no votaste por Lourdes? Las palabras me han quedado cortas.
Aquí van algunas de las razones por las cuales negué mi derecho ciudadano a tan mentada candidata.
No cree en la CVR: y yo he trabajado mucho para dar a conocer el Informe Final y sobre todo las recomendaciones que se desprenden del mismo. No es subjetividad y mucho menos apasionamiento, pues ella misma en un mitin aseveró “las familias de los veintidós mil muertos de la subversión”. Es casi como el pedido de Rafael Rey -parte de la coalición- de “¿en dónde están los DNI’s de toda esa gente?”, desconociendo la realidad de injusticia que miles de peruanos sufren al ser considerados ciudadanos de segunda clase y los que ni siquiera tienen derecho a inscribirse en la ONPE, y por lo tanto es una realidad virtual la de pretender que tengan documento de identificación alguno.
Regaló Tiwinza: junto con un grupo de tránsfugas y avisados por beeper el día en el que se decidía la solución luego del innecesario Pacto de Caballeros firmado por el finado Torres Lara (que dicho sea de paso se añadió el “y Torres”). Y digo innecesario pues se debía hacer cumplir el Tratado de Río de Janeiro. Pero votó a favor de la cesión de la tierra de mis ancestros, tierra que vio el inicio de mi sangre, sangre que luchó por recuperar Leticia y que sufrió cómo el gobierno regalaba también un pedazo de su historia, un trozo de su patria. Ah, Pacarmon hubiera hervido en furia de haberlo visto.
Su entorno: desde pecadores o hermanos de pecadores (a decir del no menos impío tucán) hasta consabidos sátrapas como Luna.
Es mujer: me parece bastante infantil el que ser mujer sea considerada una cualidad política. No podemos calificar a una persona por una característica intrínseca o esperar un cierto patrón de comportamiento por ello. Recordemos sino el sambenito de “es japonesito y trabajador”. Nunca me han dado buena espina los clichés.
Es soltera: creo firmemente que el no haber formado una familia le resta en una sociedad como la nuestra. Lo sé, puede ser absolutamente subjetivo y machista, pero no puedo engañarlos mis queridos lectores y lectoras. Además, siendo ferviente católica, no le conocemos filiación a obras o prelaturas en las que se haya entregado al celibato.
No se representa a ella misma: un grupo de electores que han votado por ella -o dicen haberlo hecho- y que sustentan que es la candidata de la “derecha” no tienen la misma forma de vida que su candidata, o siquiera el estilo. No sé si su papá sea accionista de treinta mil dólares de un cerro que ahora es playa, o si su familia es dueña de tres empresas, o si cambia de carro cada año. Subjetivo también, ¿no?, pero en definitiva no es una mujer que realmente refleje a su electorado, como es el caso de otros candidatos.
Algunos se han colgado de a quienes representa. Como ya antes he expresado en este blog, existen muchos sujetos y “sujetas” que desean aparentar lo que no son y esconder lo que son. Por este motivo me parece deplorable una candidatura a la que cierta clase de gente se ha sumado sólo por lo que les podría significar ser de “derecha”, cuando no lo hacen por la ideología, sino por el prototipo de un seguidor o simpatizante de la derecha. La transparencia ante todo.
Saludos a todos y recuerden que el voto es secreto, compañeros.
CARLOS E. MONTALVÁN
Aquí van algunas de las razones por las cuales negué mi derecho ciudadano a tan mentada candidata.
No cree en la CVR: y yo he trabajado mucho para dar a conocer el Informe Final y sobre todo las recomendaciones que se desprenden del mismo. No es subjetividad y mucho menos apasionamiento, pues ella misma en un mitin aseveró “las familias de los veintidós mil muertos de la subversión”. Es casi como el pedido de Rafael Rey -parte de la coalición- de “¿en dónde están los DNI’s de toda esa gente?”, desconociendo la realidad de injusticia que miles de peruanos sufren al ser considerados ciudadanos de segunda clase y los que ni siquiera tienen derecho a inscribirse en la ONPE, y por lo tanto es una realidad virtual la de pretender que tengan documento de identificación alguno.
Regaló Tiwinza: junto con un grupo de tránsfugas y avisados por beeper el día en el que se decidía la solución luego del innecesario Pacto de Caballeros firmado por el finado Torres Lara (que dicho sea de paso se añadió el “y Torres”). Y digo innecesario pues se debía hacer cumplir el Tratado de Río de Janeiro. Pero votó a favor de la cesión de la tierra de mis ancestros, tierra que vio el inicio de mi sangre, sangre que luchó por recuperar Leticia y que sufrió cómo el gobierno regalaba también un pedazo de su historia, un trozo de su patria. Ah, Pacarmon hubiera hervido en furia de haberlo visto.
Su entorno: desde pecadores o hermanos de pecadores (a decir del no menos impío tucán) hasta consabidos sátrapas como Luna.
Es mujer: me parece bastante infantil el que ser mujer sea considerada una cualidad política. No podemos calificar a una persona por una característica intrínseca o esperar un cierto patrón de comportamiento por ello. Recordemos sino el sambenito de “es japonesito y trabajador”. Nunca me han dado buena espina los clichés.
Es soltera: creo firmemente que el no haber formado una familia le resta en una sociedad como la nuestra. Lo sé, puede ser absolutamente subjetivo y machista, pero no puedo engañarlos mis queridos lectores y lectoras. Además, siendo ferviente católica, no le conocemos filiación a obras o prelaturas en las que se haya entregado al celibato.
No se representa a ella misma: un grupo de electores que han votado por ella -o dicen haberlo hecho- y que sustentan que es la candidata de la “derecha” no tienen la misma forma de vida que su candidata, o siquiera el estilo. No sé si su papá sea accionista de treinta mil dólares de un cerro que ahora es playa, o si su familia es dueña de tres empresas, o si cambia de carro cada año. Subjetivo también, ¿no?, pero en definitiva no es una mujer que realmente refleje a su electorado, como es el caso de otros candidatos.
Algunos se han colgado de a quienes representa. Como ya antes he expresado en este blog, existen muchos sujetos y “sujetas” que desean aparentar lo que no son y esconder lo que son. Por este motivo me parece deplorable una candidatura a la que cierta clase de gente se ha sumado sólo por lo que les podría significar ser de “derecha”, cuando no lo hacen por la ideología, sino por el prototipo de un seguidor o simpatizante de la derecha. La transparencia ante todo.
Saludos a todos y recuerden que el voto es secreto, compañeros.
CARLOS E. MONTALVÁN
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